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Abstract:
Compilacion de Escritos Bahá'ís para jovenes sobre estudios y profesiones.
Language: Spanish.

Estudios y Profesiones

by Bahá'u'lláh, Abdu'l-Bahá, Shoghi Effendi, and Universal House of Justice

compiled by Ismael Velasco
n.d. []

Escritos de Bahá’u’lláh

Las artes, oficios y ciencias elevan el mundo del ser y conducen a su exaltación. El conocimiento es como alas para la vida del hombre y una escalera para su ascenso. Su adquisición incumbe a todos. Sin embargo, se debe adquirir el conocimiento de aquellas ciencias que beneficien a los pueblos de la tierra, y no de aquéllas que comienzan y terminan con palabras...

En verdad, el conocimiento es un verdadero tesoro para el hombre y una fuente de gloria, de munificencia y gozo, de exaltación, de alegría y regocijo. Feliz el hombre que se aferra a él y ¡ay de los negligentes!
(Epístola al Hijo del Lobo, Editorial Bahá’í Indo Latinoamericana (EBILA). Segunda edición revisada. Buenos Aires, 1985; págs. 25-26).
(Artes en la Fe, Arte Cuerpo Continental de Consejeros de Europa)

¡Oh Mis Siervos!
Vosotros sois los árboles de Mi jardín; debéis dar frutos excelentes y maravillosos para que vosotros mismos y otros os beneficiéis de ellos. Así, incumbe a todos ocuparse en oficios y profesiones, pues en esto se basa el secreto de la riqueza, ¡oh hombres dotados de entendimiento! Ya que los resultados dependen de los medios y la gracia de Dios os será totalmente suficiente. Los árboles que no dan fruto han sido y serán siempre para el fuego.
(Las Palabras Ocultas. Del Persa, nº 80. Editorial Bahá’í de España (EBE). Segunda edición revisada. Barcelona, 1994; pág. 58.)

EL PRIMER TARÁZ
y la primera refulgencia que ha amanecido desde el horizonte del Libro Madre es que el hombre debe conocer su propio ser y distinguir lo que conduce a la sublimidad o a la bajeza, a la gloria o a la humillación, a la riqueza o a la pobreza. Habiendo llegado a la etapa de la realización y alcanzado su madurez, el hombre necesita de la riqueza, y aquella riqueza que adquiere por medio de las artes y profesiones es plausible y digna de alabanza a juicio de los hombres de sabiduría, y especialmente lo es a los ojos de los siervos que se dedican a la educación del mundo y a la instrucción de sus pueblos. Ellos son, en verdad, los coperos de la vivificante agua del conocimiento y los guías del camino ideal. Dirigen a los pueblos del mundo hacia el sendero recto y les familiarizan con lo que conduce a la elevación y exaltación humanas. El sendero recto es aquel que lleva al hombre hacia la aurora de la percepción y hacia el lugar del amanecer del entendimiento verdadero y le guía hacia lo que será causa de gloria, honor y grandeza.
(Tablas de Bahá’u’lláh reveladas después del Kitáb-i-Aqdas. EBILA. Segunda edición revisada. Buenos Aires, 1990; pág. 37)

EL QUINTO TARÁZ
concierne a la protección y preservación de las posiciones de los siervos de Dios. Nadie debería ignorar la verdad de cualquier asunto, más bien debería dar expresión a lo que es correcto y verdadero. El pueblo de Bahá no debería negar a ningún alma la recompensa que le corresponde; debería tratar a los artesanos con deferencia, y al contrario de la gente de otros tiempos, no debería manchar sus lenguas con denuestos.

En este Día el sol de la habilidad artesanal brilla sobre el horizonte del occidente y el río de las artes está fluyendo desde el mar de esa región. Se debe hablar con imparcialidad y apreciar tal bondad.
(Tablas de Bahá’u’lláh reveladas después del Kitáb-i-Aqdas. EBILA. Segunda edición revisada. Buenos Aires, 1990; pág. 39).

Al comienzo de todo esfuerzo, corresponde mirar su fin. De todas las artes y ciencias, poned a los niños a estudiar aquellas que resultarán convenientes al hombre, asegurarán su progreso y elevarán su rango. De esta manera los fétidos olores del desorden serán disipados, y así mediante los elevados esfuerzos de los líderes de la nación, todos vivirán acunados, seguros y en paz.

El Gran Ser dice: Los eruditos de la época deben orientar a la gente para que adquiera aquellas especialidades útiles del conocimiento, con el objeto de que los eruditos mismos y la generalidad de la humanidad puedan obtener beneficio de ello.
(Tablas de Bahá’u’lláh reveladas después del Kitáb-i-Aqdas. Ídem; págs. 179-80).

5. El propósito del conocimiento debería ser la promoción del bienestar de la gente y esto puede conseguirse a través de las artes. Se ha revelado, y es ahora repetido, que el verdadero valor de los artistas y artesanos debería ser apreciado, pues ellos hacen progresar los asuntos de la humanidad. Al igual que los cimientos de la religión se hacen firmes mediante la Ley de Dios, los medios de sustento dependen de aquéllos que se ocupan en las artes y oficios. El verdadero conocimiento es aquél que conduce al bienestar del mundo y no al orgullo y la vanidad, o a la tiranía, la violencia y el pillaje.
(Bahá’u’lláh De una Tabla, traducida del persa)
(Artes en la Fe, Arte Cuerpo Continental de Consejeros de Europa)

6. Benditos son aquéllos que han fijado su mirada en el reino de la gloria y han seguido los mandamientos del Señor de los Nombres. Bendito es aquél que en los días de Dios se ocupa en la artesanía. Ésta es una bondad de Dios, pues en esta Más Grande Dispensación es aceptable a la vista de Dios que todo hombre se ocupe en una profesión que le libere de depender de la caridad. El trabajo de todo artesano es considerado como adoración.
(Bahá’u’lláh De una Tabla, traducida del persa)
(Artes en la Fe, Arte Cuerpo Continental de Consejeros de Europa)

7. Uno de los nombres de Dios es el Modelador. Él ama la artesanía. Por lo tanto cualquiera de Sus siervos que manifieste este atributo es aceptable a la vista de este Agraviado. La artesanía es un libro entre los libros de las ciencias divinas y un tesoro entre los tesoros de Su sabiduría celestial. Éste es un conocimiento con sentido, pues algunas de las ciencias nacen con palabras y terminan con palabras.
(Bahá’u’lláh De una Tabla, traducida del persa)
(Artes en la Fe, Arte Cuerpo Continental de Consejeros de Europa)

8. Conceda Dios que te esfuerces al máximo por adquirir perfecciones, así como pericia en un oficio.
(Bahá’u’lláh De una Tabla, traducida del persa)
(Artes en la Fe, Arte Cuerpo Continental de Consejeros de Europa)

9. El Dios único y verdadero, exaltado sea, ama contemplar trabajos de suma destreza realizados por Sus amados. Bendito seas, pues lo que tu habilidad ha producido ha alcanzado la presencia de tu Señor, el Exiliado, el Agraviado. Quiera Dios que a cada uno de Sus amigos les sea permitido aprender una de las artes y sean confirmados para adherirse a lo que ha sido ordenado en el Libro de Dios, el Todoglorioso, el Omnisapiente.
(Bahá’u’lláh De una Tabla, traducida del persa y del árabe)
(Artes en la Fe, Arte Cuerpo Continental de Consejeros de Europa)

10. En cuanto a lo que la Pluma Suprema ha señalado con anterioridad, la razón de ello es que, en cada arte y destreza, Dios ama la más elevada perfección.
(Bahá’u’lláh De una Tabla, traducida del persa)
(Artes en la Fe, Arte Cuerpo Continental de Consejeros de Europa)

Escritos de ‘Abdu’l-Bahá

Aun cuando la adquisición de las ciencias y las artes es la mayor gloria de la humanidad, ello es así sólo a condición de que el río del hombre desemboque en el poderoso Mar y obtenga de la antigua fuente de Dios Su inspiración. Cuando esto ocurre, entonces cada maestro es como un océano sin riberas y cada alumno, una pródiga fuente de conocimiento. Si, entonces, la búsqueda del conocimiento conduce a la belleza de Aquél Quien es el Objeto de todo conocimiento, cuán excelente es esta meta; mas, si no es así, una mera gota podría tal vez excluir al hombre de la anegante gracia, pues con el saber viene la arrogancia y el orgullo y ello acarrea error e indiferencia hacia Dios.
(Selección de los Escritos de ‘Abdu’l-Bahá. EBILA. Buenos Aires. 1987. Sec. 72; pág. 111)

12. Observa cuidadosamente cómo la educación y las artes de la civilización traen honor, prosperidad, independencia y libertad a un gobierno y a su pueblo.
(El Secreto de la Civilización Divina. EBILA; pág. 134)

...de acuerdo a las enseñanzas divinas, la adquisición de las ciencias y la perfección de las artes son considerados actos de adoración. Si un hombre se ocupa con toda su capacidad en la adquisición de una ciencia o en la perfección de un arte, es como si hubiese adorado a Dios en iglesias y templos. Qué merced más grande que ésta, que la ciencia sea considerada como un acto de adoración y el arte como un servicio al Reino de Dios.
(Selección de los Escritos de ‘Abdu’l-Bahá. EBILA. Buenos Aires. 1987. Sec. 126; pág. 146)

¡Oh tú, siervo del único y verdadero Dios! En esta dispensación universal, la maravillosa artesanía del hombre es considerada como adoración a la Resplandeciente Belleza. Reflexiona acerca de qué merced y bendición es que la artesanía sea considerada como una adoración. En épocas anteriores se creía que tales habilidades eran equivalentes a ignorancia, cuando no un infortunio que impedía al hombre acercarse a Dios. Ahora bien, considera cómo sus infinitas dádivas y sus abundantes favores han convertido el fuego del infierno en el venturoso paraíso y a un montón de oscuro polvo en un luminoso jardín.

Corresponde a los artesanos del mundo ofrecer a cada momento un millar de muestras de gratitud en el Sagrado Umbral, y poner el mayor empeño y ejercer diligentemente su profesión, para que sus esfuerzos produzcan aquello que habrá de manifestar la más grande belleza y perfección ante los ojos de todos los hombres.
(Selección de los Escritos de ‘Abdu’l-Bahá. EBILA. Buenos Aires. 1987. Sec. 127; págs. 146-47).

Por lo cual, ¡oh amados de Dios!, haced un gran esfuerzo hasta que vosotros mismos seáis la evidencia de este adelanto y de todas estas confirmaciones, y lleguéis a ser los centros focales de las bendiciones de Dios, las auroras de la luz de su unidad, los promotores de los dones y las mercedes de la vida civilizada. Sed en ese país la vanguardia de las perfecciones de la humanidad; impulsad las diferentes ramas del conocimiento, sed activos y progresistas en el campo de las invenciones y las artes. Esforzaos en rectificar la conducta de los hombres, y buscad sobrepasar a todo el mundo en carácter moral. Mientras los niños se hallen todavía en su infancia, alimentadles del pecho de la gracia celestial, criadles en la cuna de toda excelencia, educadles en el abrazo de la munificencia. Concededles la ventaja de toda clase de conocimiento útil. Dejadles que participen en todo oficio o arte nuevos, extraordinarios y maravillosos. Educadles en el trabajo y el esfuerzo, y acostumbradles a las privaciones. Enseñadles a dedicar la vida a cosas de gran importancia, e inspiradles a emprender estudios que beneficien a la humanidad.
(Selección de los Escritos de ‘Abdu’l-Bahá. EBILA. Buenos Aires. 1987. Sec. 102; pág. 130)

15. Toda persona debe tener una ocupación, un oficio o un arte, para que él pueda llevar la carga de otras personas y no ser él mismo una carga para los demás.
(‘Abdu’l-Bahá, De una Tabla, traducida del persa)
(Artes en la Fe, Arte Cuerpo Continental de Consejeros de Europa)

16. Tú has escrito respecto a tu encuentro con... Él ha escrito que desea enseñarte un oficio y muestra afecto y consideración hacia ti. Suplicamos a Dios que este propósito pueda ser alcanzado y que aprendas esta habilidad, pues de acuerdo a las enseñanzas divinas, toda persona debe adquirir un oficio.
(‘Abdu’l-Bahá, De una Tabla, traducida del persa)
(Artes en la Fe, Arte Cuerpo Continental de Consejeros de Europa)

23. Haced todo esfuerzo por adquirir el conocimiento avanzado de la época y esforzaos por llevar adelante la civilización divina. Fundad escuelas que estén bien organizadas y promoved los fundamentos de la instrucción en las distintas ramas del conocimiento mediante profesores que sean puros y santificados, distinguidos por sus elevadas normas de conducta y su excelencia general, y con una fe fuerte: eruditos y educadores con un profundo conocimiento de las ciencias y las artes.
(‘Abdu’l-Bahá, De una Tabla, traducida del persa)
(Artes en la Fe, Arte Cuerpo Continental de Consejeros de Europa)

26. En esta nueva y maravillosa Causa, el avance de todas las ramas del conocimiento es un principio fijo y vital y los amigos, todos y cada uno de ellos, están obligados a hacer todo esfuerzo para conseguir este fin, para que la Causa de la Luz Manifiesta pueda extenderse y que todo niño, según su necesidad, reciba su porción de ciencias y artes hasta que no se encuentre ni un solo niño de campesino que esté completamente privado de estudios.
(‘Abdu’l-Bahá, De una Tabla, traducida del persa)
(Artes en la Fe, Arte Cuerpo Continental de Consejeros de Europa)

Incumbe a los niños bahá’ís superar a los demás niños en la adquisición de ciencias y artes, pues ellos han sido acunados en la gracia de Dios.

Lo que otros niños aprenden en un año, que los niños bahá’ís lo aprendan en un mes. El corazón de ‘Abdu’l-Bahá en su amor anhela comprobar que los jóvenes bahá’ís son, todos y cada uno de ellos, conocidos en el mundo entero por sus logros intelectuales. Indiscutiblemente, han de aplicar todos sus esfuerzos, energías, su sentido de la dignidad, en la adquisición de las ciencias y las artes.
(Selección de los Escritos de ‘Abdu’l-Bahá. EBILA. Buenos Aires. 1987. Sec. 119; pág. 142)

Ahora en cuanto a lo que preguntaste respecto a abandonar el empeño científico en París para dedicar tus días a enseñar esta Verdad, ciertamente es aceptable y amado, pero si tú adquirieras ambas sería mejor y más perfecto, pues en este nuevo siglo la obtención de la ciencia, las artes y las belles lettres, sean divinas o mundanas, materiales o espirituales, es un asunto aceptable ante Dios y un deber que incumbe a todos realizar. Por lo tanto, nunca niegues las cosas espirituales a lo material, más bien las dos son de tu incumbencia. No obstante, en el momento en que estés trabajando para este empeño científico, debes estar dirigido por la atracción del amor de tu glorioso Señor y consciente de mencionar Su espléndido Nombre. Si éste es el caso, debes alcanzar la disciplina que estás estudiando en su perfección.
(Tablets of ‘Abdu’l-Bahá Abbas, vol. 2, Chicago: Bahá’í Publishing Committee, edición de 1930, págs. 448-49)

Por tanto, oh vosotros jóvenes iluminados, esforzaos de noche y de día por desentrañar los misterios de la mente y del espíritu, y por comprender los secretos del Día de Dios. Informaos de las evidencias que el Más Grande Nombre ha hecho aparecer. Abrid vuestros labios en alabanza. Aducid argumentos y pruebas convincentes. Conducid a quienes están sedientos a la fuente de la vida; otorgad la verdadera salud a los dolientes. Sed aprendices de Dios; sed los médicos guiados por Dios, y sanad a los enfermos entre la humanidad. Acoged a los que han sido marginados en el círculo de vuestras amistades íntimas. Haced que los desesperados se llenen de esperanza. Despertad a aquellos que duermen; haced atentos a los desatentos.

Éstos son los frutos de esta vida terrenal. Ésta es la posición de gloria resplandeciente. Sea con vosotros Bahá’u’l-Abhá.3
(Casa Universal de Justicia, Compilacion Sobre la Juventud, seccion 3)

Cartas de Shoghi Effendi

Él se sintió sumamente complacido y muy confortado por su lento pero progresivo trabajo entre los miembros de la facultad y el cuerpo estudiantil en la universidad estatal. Ya es hora de que los bahá’ís intenten acceder a la juventud pensante y educada del país, de la que depende gran parte del futuro, especialmente la magnífica tarea de aplicar el espíritu y la letra de las Enseñanzas Bahá’ís a los requerimientos del momento, una tarea para la que podrían necesitarse generaciones de preparación.
3 de junio de 1928 a un creyente individual, citada en Libres como el Viento, 80, pág. 132.

Al ser bahá’í, usted ciertamente es consciente del hecho de que Bahá’u’lláh consideraba la educación como uno de los factores más importantes de una verdadera civilización. Sin embargo, para que esta educación sea adecuada y fructífera, debe ser global por naturaleza y debe tener en cuenta no sólo el lado físico e intelectual del ser humano sino también sus aspectos espirituales y éticos. Éste debería ser el programa de la juventud bahá’í de todo el mundo.

E indudablemente, el mejor medio de alcanzar este desarrollo educativo es mediante la participación en las diferentes asociaciones y reuniones que pretenden promover los ideales de esta nueva civilización internacional. Aunque el Guardián prefiere que los bahá’ís se adhieran a aquellas asociaciones que estén dentro del ámbito de las actividades bahá’ís, sin embargo aprueba, e incluso anima, que cualquier persona que lo desee se una a cualquier movimiento no bahá’í, con tal que estos movimientos no promuevan algún ideal o principio que perjudique o detenga el avance de la Causa.
9 de julio de 1931, a un creyente individual.

La actual condición del mundo -su inestabilidad económica, las disensiones sociales, la insatisfacción política y la desconfianza internacional- debería despertar a los jóvenes de su letargo y hacerles cuestionarse qué les depara el futuro. Seguramente serán ellos quienes más van a sufrir si alguna calamidad asola el mundo. Por tanto, deberían abrir sus ojos ante las condiciones reinantes, estudiar las fuerzas malignas que están operando, y después, con un esfuerzo concertado, levantarse y efectuar las reformas necesarias; reformas que deben incluir dentro de su alcance la fase espiritual así como las fases sociales y políticas de la vida humana.20

El Guardián espera que, además de cualesquiera otros estudios que emprenda, usted estudiará continuamente las Enseñanzas y se esforzará por adquirir un profundo conocimiento de ellas. No puede recalcarse lo suficiente la importancia de que los jóvenes bahá’ís lleguen a estar profundamente embebidos en todas las ramas de las Enseñanzas, pues tienen grandes tareas de enseñanza a realizar ante ellos.
22 de enero de 1944, a un creyente individual.

El Guardián siempre ha advertido a los jóvenes que estudien profundamente materias tales como historia, economía y sociología, pues todas ellas están relacionadas con las Enseñanzas y ayudan a comprender la Fe. (...)

La mayor necesidad de la juventud hoy en día es la formación de su carácter. La oración tan sólo es un factor de ella; deben aprender a vivir de acuerdo a las enseñanzas éticas de la Fe. (...)

Él cree que es de máxima importancia enseñar la Fe a los jóvenes en estos días, puesto que ellos no sólo serán los trabajadores del mañana sino que podrán difundir ampliamente el Mensaje entre su propia generación. Él aprueba que usted dedique tanto tiempo a este trabajo como sea factible, en conexión con los valiosos servicios que usted está realizando incansablemente a la tarea de enseñanza en diversas ciudades y pueblos.
12 de marzo de 1944, a un creyente individual, citada en Libres como el Viento, 73, pág. 128.

... respecto a los estudios en los que debería especializarse con miras a enseñar en el futuro, él sugeriría historia, economía o sociología, pues estos no sólo son campos en los que los bahá’ís están muy interesados sino que también abarcan temas sobre los que nuestras enseñanzas arrojan una luz completamente nueva...

13 de marzo de 1944, a un creyente individual, citada en Libres como el Viento, 41, pág. 95.

Con respecto a su futuro, él cree que si usted se especializa en ciencias sociales le sería también de gran ayuda en la enseñanza de la Causa. Y también sugeriría que, si es posible, cuando usted decida el lugar donde estudiar o donde establecerse permanentemente, podría prestar a la Causa un gran servicio yendo a algún lugar donde exista una Asamblea débil o sólo un grupo y ayudando a desarrollar la Fe allí.
24 de junio de 1947, a un creyente individual.

Podría decirse que existen dos clases de bahá’ís: aquellos cuya religión es la bahá’í, y aquellos que viven por la Fe. No hace falta decir que, si alguien pertenece a esta última categoría, si alguien puede estar en la vanguardia de los héroes, mártires y santos, es mucho más encomiable a la vista de Dios. Él espera que usted alcanzará esta elevada posición.

Pero, como usted debe ganarse la vida, él le aconseja que consulte con sus profesores de la universidad para ver en qué campo creen que usted podría destacar y tener posibilidad de encontrar empleo. Éste es un detalle sobre el que él no puede aconsejarle. En principio, es bueno si los jóvenes bahá’ís escogen profesiones que les permitirían encontrar empleo en el extranjero, pues así pueden prestar valiosos servicios como pioneros.
16 de abril de 1950, a un creyente individual.

Por tanto, él les exhorta a considerar seriamente el tipo de profesión o negocio que podría asegurarles un empleo en un campo de pioneraje en África, o en las islas del Pacífico, o en Asia, donde ustedes podrían ganar su sustento y a la vez servir a la Causa. Es un gran reto y una gran oportunidad ofrecida a su generación...
5 de agosto de 1952, a la Escuela Louhelen, sesión de jóvenes.

porque está ayudando al desarrollo de los caracteres de los jóvenes de hoy, que serán los que guiarán a la humanidad mañana. Si pudieran ser guiados tanto material como espiritualmente, sería una gran victoria, porque cuando el mundo supere su actual estado de sufrimiento, predominarán los valores espirituales, y aquellos jóvenes que tengan el beneficio de una educación tanto material como espiritual serán los verdaderos líderes de la sociedad.
22 de mayo de 1955, a un creyente individual.

Él comprende muy bien la situación a la que usted se enfrenta. Pero sin duda hay millones de jóvenes preparados por todo el mundo que están enfrentándose a la misma cuestión, jóvenes que tienen que continuar estudiando sólo porque no tienen a su disposición ningún medio de empezar a trabajar en una profesión.
Pero estos podrían considerarse los afortunados de su generación, pues tienen al menos un medio seguro de subsistencia y pueden permitirse estudiar en escuelas universitarias y desarrollarse en preparación para mejores tiempos. A los que hay que compadecer es a quiénes tienen que quedarse sentados en los parques y lugares públicos esperando un trabajo, y cuyo espíritu la inactividad mata realmente.

De cualquier modo, Shoghi Effendi cree que usted se debería sentir agradecido a Dios por su situación, aún siendo como es. Al desarrollarse la Causa irá necesitando cada vez más personas que estén realmente versadas en su respectiva rama del saber, y que sepan interpretar las enseñanzas acomodándose a cada circunstancia. Usted, por tanto, se estará preparando para una forma más elevada de servicio si emplea este ocio obligado para adentrarse más profundamente en sus ramas de estudio. El Guardián cree que sería maravilloso si, después de obtener la titulación de Master usted continuara trabajando para lograr el doctorado. Al mismo tiempo usted estará en círculos universitarios, asociándose con estudiantes y por lo tanto podrá difundir las enseñanzas entre ellos. Es muy importante que el movimiento entre en las universidades y comience a adquirir el apoyo de cuerpos estudiantiles. Nadie puede acometer esta tarea mejor que un estudiante bahá’í como usted.”

De una carta fechada el 25 de febrero de 1933, escrita en nombre de Shoghi Effendi a un creyente. Bahá’í Youth: A compilation.

Le encarezco seriamente que se dedique, al tiempo que realiza sus estudios, tanto tiempo como le sea posible, a estudiar detenidamente la historia y las enseñanzas de nuestra amada Causa. Este es el requisito necesario para una futura carrera llena de éxitos en el servicio a la Fe Bahá’í, con la cual espero y oro que usted se distinga en los días venideros.

Postdata a una carta fechada el 18 de mayo de 1926, escrita a un creyente. Bahá’í Youth: A compilation.

Escritos de la Casa Universal de Justcia

Es nuestra esperanza que la juventud asumirá un papel preponderante en el programa internacional de viajes de enseñanza que se está lanzando ahora, por dedicar tiempo durante sus vacaciones, y especialmente durante la vacación larga a fines del año académico, a la promoción del trabajo de la enseñanza en todos sus aspectos, no sólo dentro de sus propias comunidades nacionales sino en lugares más lejanos. Puede ser que algunos jóvenes tengan recursos financieros propios, y otros que tengan la posibilidad y disposición de trabajar y ahorrar los fondos necesarios para tales proyectos, y aun otros que tengan el respaldo financiero de sus padres, parientes o amigos, en otros casos, quizás los fondos bahá’ís puedan suplementar cualesquiera recursos que el posible maestro viajero pueda proveer.

La condición que poseen los jóvenes de poder aguantar condiciones arduas, su vitalidad y vigor, y su habilidad por adaptarse a situaciones locales, y hacer frente a nuevos, desafíos, e impartir su calor y entusiasmo a las personas que visitan -todo esto unido a la norma de conducta ejemplificada por la juventud bahá’í- hace de ellos
instrumentos poderosos para la ejecución de los proyectos contemplados. De hecho, a través de estas cualidades distintivas pueden llegar a ser la vanguardia de cualquier empresa, la fuerza motriz de cualquier proyecto en que participen, sea local o nacional

(Carta de la Casa Universal de Justicia de mayo de 1975. Publicada en el Boletín de Información Bahá’í de España, de junio 1975.)

...una inquietante pregunta surge: ¿Continuaré mi educación, o saldré de pionero ahora? Indudablemente esta misma pregunta está en la mente de todos los jóvenes que desean dedicar su vida al progreso de la Fe. No hay una respuesta aplicable a todas las situaciones; el amado Guardián dio diferentes respuestas a diversos individuos sobre esta cuestión. Cada caso es diferente. Cada uno debe decidir ahora cómo puede servir mejor a la Causa. Al afrontar esta decisión, será útil considerar los siguientes factores:

1.- El bahá’í lo es para toda la vida; éste debería llegar a ser devoto en el progreso de la Causa de Dios, y el talento o facultades que posea los entregará finalmente a esto, olvidando otros objetivos de su vida; en esta situación debería considerar, entre otras cosas, si continuando ahora su educación podrá ser después un pionero más efectivo, o por otra lado, si la urgente necesidad de pioneros, mientras las posibilidades para la enseñanza están todavía abiertas, hace esto preferible a un anticipado incremento de la eficacia. Esta no es una decisión fácil, pues, con frecuencia, el espíritu que impulsa a uno a ofrecerse como pionero es más importante que los logros académicos.

2.- Para algunos la obligación del servicio puede ser un factor para decidir el momento de ofrecer servicios como pionero.

3.- Uno puede tener obligaciones importantes hacia otros, incluyendo los que puedan depender de él para su mantenimiento.

4.- Puede que sea posible combinar un proyecto de pionero con la continuación de su programa de estudios. También puede considerarse la posibilidad de que una experiencia como pionero, aunque se piense que interrumpe el programa formal educativo, llegue a evidenciar beneficios, al paso del tiempo, de que sus estudios sean más tarde recuperados con una visión más madura.

5.- La urgencia de una meta particular para la cual uno es especialmente apropiado para cumplir, y para la que no hay otros ofrecimientos.

6.- El hecho de que la necesidad de pioneros estará con nosotros indudablemente durante muchas generaciones, y, por ello, habrá muchos llamamientos en el futuro para servir como pioneros.

7.- También es aplicable el principio de la consulta. Uno puede sentir la obligación de consultar con otros, tal como sus padres, su asamblea espiritual nacional y comité de pioneros.

8.- Finalmente, teniendo en cuenta el principio de sacrificado servicio y la infalible promesa de Bahá’u’lláh ordenada para aquellos que se levanten para servir a Su Causa, uno debería orar y meditar sobre cuál será su camino de acción. Verdaderamente, muchas veces sucede que la contestación no se encuentra de otra manera.

Aseguramos a la juventud que estamos atentos a las muy importantes decisiones que ellos deben tomar, pues caminan por el sendero del servicio de Bahá’u’lláh.

Ofreceremos nuestras ardientes súplicas en el Sagrado Umbral para que todos sean divinamente guiados y atraigan las bendiciones del Todo Misericordioso.

(Casa Universal de Justicia. Mensaje a la juventud bahá’í de todos los países, de octubre 1968.)

La Casa de Justicia coincide con su punto de vista en cuanto a que no se debe presionar a los jóvenes de forma indebida para inducirles a tomar parte en las actividades del año de servicio y, desde luego, no estaría de acuerdo con los objetivos de la Fe el exigir a los jóvenes que abandonen su formación académica para enseñar o servir a la Fe de cualquier otra manera. Muchos factores influyen en las diversas cuestiones que plantean, y éstos deben ser comprendidos tanto por los jóvenes como por los padres y, por supuesto por los miembros de las instituciones bahá’ís. Por ejemplo, todos los bahá’ís, ya sean jóvenes o adultos, tienen deberes y obligaciones espirituales comunes; entre ellos se encuentra el deber prescrito por Bahá’u’lláh a cada persona de enseñar Su Fe, un deber que Él describe como “la más meritoria de todas las acciones” y en la que insta a ser “irrestringidos como el viento”. Aun así, los jóvenes deben estar informados del énfasis que Bahá’u’lláh pone en la formación y la adquisición de habilidades y, deben considerar a la persecución de estos objetivos como un servicio a Dios.

Los jóvenes, los padres y las instituciones bahá’ís han de enfrentarse a desafíos singulares en relación con sus respectivas responsabilidades. Por ejemplo:
- Los jóvenes se enfrentan a la apremiante obligación de completar su formación para tener una profesión u oficio, mientras al mismo tiempo han de observar sus otras obligaciones y deberes espirituales para con Dios.

- Los padres tienen la responsabilidad de asegurar que sus hijos se formen y, en la medida de lo posible, tienen que facilitar el apoyo material para su formación académica o vocacional hasta sus años de juventud; asimismo, los padres continúan ofreciéndoles durante este período guía moral y práctica, como corresponde a sus deberes como padres y en relación con las obligaciones espirituales que tienen en común con sus hijos bahá’ís.

- Las instituciones bahá’ís no sólo tienen que administrar los asuntos de la comunidad y proteger sus intereses, sino también estimular y exhortar a los amigos a cumplir sus deberes y obligaciones espirituales. Estas mismas instituciones, al tiempo que alientan a los amigos a enseñar la Causa de Dios y a sacrificarse para conseguirlo, también tienen la clara responsabilidad que les ha atribuido Bahá’u’lláh de promover la formación de la raza humana, tanto espiritual como académica.

Tan fundamentales son estos deberes y obligaciones que hasta cierto punto todas las entidades (jóvenes, padres e instituciones bahá’ís) tienen su parte en las mismas, actuando de acuerdo con sus respectivas funciones y responsabilidades. Hay una esfera en la que cada una de ellas tiene que formarse juicios independientes y llevar a cabo acciones independientes. Un joven debe decidir qué formación profesional va a seguir, y debe mantener un equilibrio entre la prosecución de esa formación y sus obligaciones espirituales. Los padres deben ayudar al joven, a través del apoyo material y la guía moral, a conseguir su objetivo, y tienen que alentarle a observar sus obligaciones espirituales; las instituciones tienen que promover la Causa de Dios, esforzarse por estimular a los creyentes individuales a actuar por la enseñanza y la consolidación de la Fe, con plena conciencia de que si tal acción es descuidada, no puede haber esperanza de paz para la humanidad ni de desarrollo de la civilización en el futuro. Por tanto, las instituciones no pueden faltar a su obligación de instar a los amigos al servicio, de llamar su atención sobre la crítica situación de los tiempos y de señalar la crucial importancia de la acción de las personas individuales para el destino de la Fe y de la humanidad en su conjunto.

Junto a todas estas consideraciones está el factor del especial papel que los jóvenes, con sus particulares cualidades de entusiasmo e idealismo, desempeñan en el desarrollo de la Causa. Esto ha sido evidente desde los más tempranos días de la Fe y es indispensable para su triunfo final. Un repaso rápido de la historia bahá’í nos ofrece muchos ejemplos de las heroicas hazañas de los jóvenes, y la juventud bahá’í de hoy en día no puede evitar verse inspirada por tal heroísmo para desempeñar su papel en nuestro tiempo antes de verse cargados con las preocupaciones de la vida adulta.

En determinadas circunstancias, por mucho que un joven desee responder a una llamada para un servicio bahá’í de un tipo concreto, es posible que no pueda hacerlo porque se encuentre inmerso en una formación académica importante que ni puede ni debe ser aplazada, porque dependa de unos padres que no pueden permitirse ayudarle materialmente tanto para sacar tiempo para dedicarse al año de servicio como para volver a sus actividades académicas posteriormente, o es posible que haya otros obstáculos. Además, hay otras circunstancias en las cuales un joven puede encontrarse con que el aplazar su formación académica durante un tiempo, es más capaz de decidir exactamente qué hacer con su vida si durante este tiempo él puede hacer alguna aportación útil a la Fe o a la sociedad. Hay numerosos ejemplos de este tipo de circunstancias entre jóvenes bahá’ís que han descubierto que, al dedicarse a las actividades del año de servicio, han podido no solamente hacer aportaciones valiosas a la enseñanza de la Fe o a proyectos de desarrollo, sino que también han podido decidirse sobre el trabajo que van a realizar en su vida. También hay muchos jóvenes que prefieren completar su formación antes de ofrecer servicios especiales a la Fe, y esto es totalmente correcto.

El punto esencial que se extrae de su carta es la importancia del equilibrio al juzgar y actuar. Los miembros de las instituciones bahá’ís no pueden huir de su deber de instar y estimular a los amigos, adultos y jóvenes, a servir a la Causa, especialmente en el campo de la enseñanza, y en esto son inevitablemente entusiastas. Por supuesto, las personas individuales tienen diferentes enfoques y en algunos casos pueden ser imprudentes al hablar, esto es algo que hay que lamentar y que habrá que tratar según vayan dándose los casos. Pero quienes escuchen a este tipo de personas, por mucho que éstas les estimulen, también tienen la obligación individual de emitir juicios basados en su comprensión de las Enseñanzas sobre el desafío concreto a que nos enfrentamos en cada momento y sobre las circunstancias en que ellos se encuentran, y deben tomar sus decisiones de acuerdo con ello.

Por importante que sea el que los padres utilicen su autoridad moral para ayudar a los jóvenes a no tomar decisiones poco aconsejables, también les incumbe a los padres, en cuanto bahá’ís, dar la debida consideración a la importancia del impacto espiritual de la Fe sobre los jóvenes y darse cuenta de que éstos han de disfrutar de algún grado de libertad a la hora de responder a las emociones de sus corazones y sus almas, puesto que ellos, a partir de los 15 años, tienen que asumir serias obligaciones y deberes espirituales, y, en última instancia, ellos son los únicos responsables ante Dios del desarrollo de sus propias almas. La capacidad de pensar con madurez por parte de los jóvenes varía de uno a otro, y depende de la edad; algunos consiguen esta capacidad antes que otros; en otros casos, se retrasa. Generalmente, los padres están en condiciones de enjuiciar estas cuestiones con más agudeza que otras personas, y tienen que tenerlas en cuenta al intentar guiar a los jóvenes de su familia, pero los padres tienen que esforzarse por hacer esto de manera que no ahoguen el sentido de responsabilidad espiritual de sus hijos.
(Carta de parte de la Casa Universal de Justicia a un creyente, de fecha 28 de octubre de 1992.)

El tercer campo de servicio es la preparación de la juventud para los años venideros. Es la obligación de cada bahá’í educar a sus hijos; asímismo es el deber de los hijos adquirir conocimiento de las artes y ciencias y de aprender un oficio o profesión, por medio del cual puedan ellos, a su vez, ganarse la vida y mantener sus propias familias. Esto, para un joven bahá’í es en sí mismo un servicio a Dios, un servicio que además se puede combinar con la enseñanza de la Fe y, a menudo, con el servicio de pionero. La comunidad bahá’í necesitará hombres y mujeres de mucha habilidad y muy competentes, puesto que, a medida que va creciendo, la esfera de sus actividades en la vida de la sociedad aumentará y será cada vez más diferente. La juventud bahá’í debe considerar, por tanto, cuáles son los mejores medios para utilizar y desarrollar sus talentos naturales en el servicio a la humanidad y a la Causa de Dios, ya sea como campesinos, maestros, médicos, artesanos, músicos, o cualesquiera de las numerosas formas de subsistencia que están a su alcance.
Casa Universal de Justicia. A la juventud bahá’í en todos los países. 10-6-1966.

Al decidir qué camino de formación escoger, la juventud puede pensar en adquirir aquellas técnicas y profesiones que serán de utilidad en la educación, desarrollo rural y agricultura, economía, tecnología, salud, radio y muchas otras áreas del saber que se necesitan con tanta urgencia en los países en vías de desarrollo. También podéis dedicar tiempo durante el curso de vuestros estudios, u otras actividades, para emplearlo en viajes de enseñanza o proyectos de servicio en el Tercer Mundo.
Mensaje de la Casa Universal de Justicia a la Conferencia Europea de Juventud de Innsbruck, 4 de julio de 1983.
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